Cuando celebramos Pascua

La Pascua es un tiempo en el cual recordamos los eventos trágicos cuando un judío, un hombre de Palestina, fue espiado, traicionado, perseguido, acusado falsamente, denigrado, abandonado y arrestado. Comenzó con un juicio que condenó a pena de muerte a un Nazareno, el hijo de Dios: Jesús. 

También celebramos la resistencia, determinación, fe y esperanza de los que fueron perseguidos y oprimidos, pero retaron a las fuerzas que los oponían. Que su sufrimiento en la cruz de la opresión de paso a vida nueva. Ellos son los que buscan la verdad y la paz valientemente y esperan la justicia, igualdad y verdadera democracia. 

Jesús venció a la muerte y su espíritu vive junto a nosotros, inspirándonos y alentándonos a vivir sus valores para la transformación sociopolítica que creará una sociedad justa sin importar cuan lejana veamos esa realidad. Jesús enseñaba mediante historias y hablaba en contra de los males de la autoridad y pagó el precio por eso. Fue un critico y una amenaza a las autoridades al exponer sus hipocresías, ganancias corruptas y tácticas crueles. 

Los primeros cristianos fueron perseguidos por exigir la dignidad de la mujer y los niños, paga justa para los trabajadores, darle de comer a los hambrientos, sanar a los enfermos, retar a los ricos a dar a los pobres y llevar esperanza y alegría a tantos. 

Sus seguidores fueron acusados falsamente y las autoridades compartieron mentiras sobre ellos. Los líderes de la nación lo llamaron a él y a sus seguidores “enemigos del estado” que deberían ser suprimidos, asesinados y eliminados. Hoy, muchos seguidores de la verdad sufren las mismas consecuencias. 

A pesar de esto, los verdaderos cristianos y seguidores de la justicia tienen la valentía para defender la vida. Luchan por los derechos humanos, el ambiente, los pobres y las poblaciones indígenas. Las personas practican la resistencia pasiva para luchar en contra de estos males. Esto es lo que significa ser cristiano: unámonos a ellos. 

La celebración de la Pascua debería ser un momento para hacer un compromiso social y espiritual en el cual nos comprometemos a trabajar por los valores del Evangelio y luchar por la justicia social por la cual Cristo murió. Este llamado ya fue hecho por Cristo durante la ultima cena, cuando dijo “hagan esto en memoria mía.” Él vive y su espíritu está con quienes creen en Él. Recordemos que Cristo se puso a nuestro servicio y seamos servidores de la humanidad.

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