Cuatro preguntitas

Las personas alrededor del mundo reportan un aumento en los niveles de estrés. Nuestro diario vivir es tan ajetreado que nos sentimos apresurados y agobiados. Creo que muchos deseamos un buen descanso. Pero si apagamos el televisor y la computadora y le ponemos pausa a nuestras vidas, muchas veces no sabemos que hacer después. ¿Qué podemos hacer que nos permita adentrarnos en la fuente de inspiración y valentía para vivir?

Hace años alguien, creo que era un director espiritual, me presentó cuatro preguntas:

La primera: “¿Qué atesoras en tu corazón?” Como dice el Evangelio de Mateo, “donde está tu tesoro, está tu corazón.” Creo que para muchos, la respuesta verdaderamente no son cosas sino relaciones. Nada puede reemplazar ni tener más peso significativo que nuestra familia, amigos, personas que amamos – nuestros compañeros en esta asombrosa jornada.

La segunda: “¿Por qué morirías?” Creo que esta pregunta, junto con: “¿por qué vivirías?,” son los dos lados de la moneda. La motivación es muy importante. Levantarse a las 5 a.m. no debe ser pesado, puede ser un acto de amor. Al despertarte, ¿piensas cariñosamente en las personas que apoyas con tu trabajo?

La tercera: “¿Qué te impide seguir adelante?” ¿Te sientes deprimido porque te sientes atascado, como si te hundieras en barro? ¿Te identificas con Sísifo, una figura de la mitología griega condenada a repetir la tarea de empujar una roca montaña arriba por siempre solo para que vuelva a rodar montaña abajo? Como sacerdote, tengo el privilegio de escuchar las confesiones, y para muchos, repetir el mismo error una y otra vez es un problema espiritual. Obtener conocimiento y perspectiva para ver que me lleva a la misma situación una y otra vez sería una bendición, pero uno tiene que reflexionar para tener perspectiva. 

La cuarta: “¿Por qué quieres celebrar y darle gracias a Dios en este punto de tu vida?” Ser agradecido es un paso hacia adelante. Estudios han demostrado que ser agradecido no solo te hace sentir bien, sino que promueve comportamiento pro-social. Las personas agradecidas reconocen cosas que los ocupados, sin tiempo para reflexionar, ignoran. Encontrar motivos de gratitud es bueno para nuestros corazones, nuestras relaciones, nos ayuda a dormir y reduce el estrés. ¿Será que la gratitud es el antídoto para las aflicciones del mundo?

Algo para que reflexionen.

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