El VíaCrucis se prolonga

 
Durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), tuve la oportunidad de participar en el Vía Crucis. El evento fue único ya que cada una de las estaciones fue representada por un joven de 14 países distintos y las lecturas fueron reemplazadas con los problemas afectando nuestra sociedad. Un grupo cargaba una cruz para demostrar el mensaje central del Papa esa noche: “El Vía Crucis se prolonga” con cada injusticia que sufrimos. 
 
Este Vía Crucis presentó los problemas mayores que afligen a nuestra sociedad: la inmigración, la destrucción de la tierra, la soledad de los jóvenes, la adicción y el conformismo el cual Papa Francisco llamó “una de las drogas más consumidas de nuestros tiempos.” Sin embargo, aunque se observaba la solemnidad del Vía Crucis y los males que nos afligen, el mensaje del Papa era para alentarnos a vivir como María, al pie de la cruz, y como el Cirineo, ayudando a otros a cargar sus cruces. 
 
Al concluir el Vía Crucis, el Papa se dirigió a los jóvenes diciendo: “Señor, en la cruz Te unes al Vía Crucis de cada joven…para transformarlo en [el] camino de resurrección.” Es decir, Jesús está presente en los momentos más oscuros de nuestras vidas, en nuestros Vía Crucis personales, pero Su amor y sacrificio transforman nuestro sufrimiento en luz. Sin embargo, las expectativas del Papa incluyen que cada uno de nosotros haga algo para “transformar el Vía Crucis” de los demás a un camino de luz, un Vía Lucis.
 
Como este mensaje fue durante la JMJ, el Papa nos urge a trabajar para erradicar la soledad que tantos jóvenes sufren. Como “hemos aprendido a invizibilizar a los sufrientes,” hemos creado una sociedad que ignora el dolor ajeno. Hemos ignorado a esos jóvenes inmigrantes que se han visto obligados a abandonar sus hogares solo para encontrar muros en vez de brazos abiertos. Ignoramos a los jóvenes que viven de apariencias en las redes, pero en realidad viven una vida muy solitaria.
 
Hemos ignorado a los jóvenes que son víctimas de la adicción y donde buscan comprensión solo encuentran rechazo. Hemos ignorado a los jóvenes que son víctimas del abuso dentro y fuera de la Iglesia, dándoles la espalda para no confrontar las tristes realidades de nuestras comunidades. Hoy más que nunca muchos jóvenes hemos expresado nuestro disgusto con la sociedad que hemos heredado.
 
Nos encontramos frente a gobiernos corruptos e insensibles que nos han cerrado millones de puertas y nos han cortado las alas. Millones de jóvenes y niños sufren por la pobreza y la violencia de sus países y nosotros cambiamos el canal de las noticias o cerramos el periódico solo por no ver su sufrimiento, pero ellos no pueden cambiar el canal o pasar la página. Es nuestra responsabilidad acompañarlos, estar al pie de sus cruces, demandando justicia.
 
Y hablando del mundo que hemos heredado, haciendo referencia a Laudato Si, Papa Francisco nos alentó a seguir cuidando de nuestro planeta el cual hemos maltratado por años, especialmente por los que vivimos en países del Primer Mundo. Dios nos ha bendecido con muchísimos recursos, pero hemos abusado. Hemos sido avaros y no hemos compartido nada con los más necesitados. Hemos explotado la tierra, ensuciado nuestras aguas, envenenado nuestro aire y creado una dependencia absurda en productos no-reciclables.
 
Nos urge crear nuevas soluciones para cuidar del planeta que los pequeños de hoy en día van a heredar. Tenemos que reestructurar nuestras industrias y el uso y consumo de nuestros recursos. Tenemos que erradicar esta cultura del consumismo que nos ruega que cambiemos todo con cada temporada. Más bien debemos cuidar de todas las cosas que tenemos y sembremos las raíces de un planeta en rehabilitación.
 
Entonces, escuchemos claramente las palabras del Papa y vivamos el lema de la JMJ: “hágase en mi según Tu palabra.” Aceptemos el reto de ser como María y el Cirineo y acompañemos a nuestros hermanos que tanto sufren. El Papa quiere que imitemos la fortaleza de María al siempre decir “si” y a acoger a todos con ternura y comprensión. Como el Cirineo quiere que seamos “operadores de paz, creadores de alianza y fermentos de fraternidad.”
 
Les exhorto a todos a reflexionar sobre las palabras del Papa y a no callarnos, no rendirnos, a ser constantes, ser acompañantes, ser acogedores. Los Columbanos hemos compartido con ustedes un Vía Crucis y un Vía Lucis y esperamos que estos les sirvan de recuerdo de que, aunque el Vía Crucis se prolonga, Jesús va con nosotros y transforma todo en vida.
Revista