para recibir la imagen milagrosa de Tu Madre
y llevar esperanza a un pueblo sufriente.
Recuérdanos que no llamas a los poderosos o eruditos,
sino a los humildes y fieles.
Ayúdanos a confiar en que, a pesar de nuestras limitaciones,
Tú puedes obrar maravillas a través de nosotros.
Danos el valor de Juan Diego para llevar Tu mensaje
incluso cuando otros duden de nosotros.
Que siempre reconozcamos Tu presencia
en lugares y personas inesperadas.
Amén.