Jack O'Connell
Domhnall Gleeson
Miyavi
Garrett Hedlund
Finn Wittrock
Reseña
Es una historia que nos muestra la valentía y la determinación que se necesitan para salir de las peores situaciones que la vida te puede presentar.
Será complicado que alguno de nosotros nos veamos en una situación similar a la del protagonista, pero la inspiración que podemos encontrar en todo lo que vivió puede ayudarnos a abrir los caminos necesarios para seguir adelante en nuestra vida.
El personaje principal es Louis Zamperini, un chico de Nueva York de origen italiano. Se destaca por sus habilidades para el atletismo lo suficiente como para llegar a participar en los juegos olímpicos de Berlín en 1936.
Y junto con él podríamos considerar con un papel determinante en la historia a su hermano Pete Zamperini, a Russell Phillips, uno de sus compañeros durante la guerra y al cabo Mutsuhiro Watanabe, también conocido como “el pájaro”.
Louis aparentemente tiene una vida muy común para un joven de esa época. Hijo de inmigrantes italianos, siempre en problemas con la autoridad, tanto escolar como civil.
Cuenta con un talento deportivo que le abre las puertas a una prometedora carrera olímpica, sin embargo, llega la Segunda Guerra Mundial y todos sus planes se frustran.
La muerte de varios de sus compañeros, el naufragio durante 47 días en los que sobrevivió en medio del océano y su estadía en distintos campos de prisioneros a manos del ejército japones hicieron de sus días durante la guerra todo un infierno.
Ya saben que soy fan de las películas basadas en hechos reales, y en parte es porque la riqueza que uno encuentra en ellas se ve más alcanzable para cualquiera.
La historia de Louis Zamperini está llena de elementos de gran aprendizaje más allá de lo que se cuenta en la película, pero aquí me quiero concentrar en dos puntos.
El primero sería “La fe que necesitamos para salir adelante” y dejar atrás las dificultades que se nos presentan.
Y luego, “el sacrificio” que se requiere para valorar lo que se consigue.
No crean que es una película llena de batallas y mucha acción, aunque el trailer así lo haga parecer. Pero tampoco piensen que es una película aburrida. En todo momento te tiene con el estómago apachurrado, y fácilmente te transmite las emociones que está viviendo el protagonista.
Es una de esas películas que van por la línea inspiradora, pero sin caer en ser muy empalagosa, es muy fácil de disfrutar.
¡Alerta de spoilers!
Ok, ya saben, a partir de aquí hablaremos con más detalles de la trama, así es que si no has visto la película y no quieres que te arruinemos la historia, mejor detente, ve a verla, y luego vuelves con nosotros.
La fe y la confianza
Muchas veces se nos habla de lo importante que es tener fe. Fe en Dios, fe en uno mismo.
Pero es un poco menos común que nos detengamos a pensar en la importancia de la fe que se tiene en nosotros.
Sí, es determinante para nuestra vida el tener fe en Dios, pero créanme, un paso fundamental para que la mayoría de nosotros haya logrado tener fe en Dios ha sido saber que Él tiene fe en nosotros. ¿Y cómo sabemos eso?
Fácil, si no creyera que podemos lograr la santidad no hubiera entregado a su Hijo para que muriera por nosotros.
¿Y la fe en nosotros mismos?
En una parte de la película el hermano de Louis habla con él queriendo motivarlo a dejar de comportarse como lo hace y a sacarle provecho a su talento en el atletismo.
Él le dice —Tú puedes hacerlo, solo tienes que creerlo. Papá lo cree, mamá lo cree, y yo lo creo”.
No sé si la palabra adecuada sea “fe”, pero entiendo el punto de tener confianza en uno mismo para poder lograr las cosas.
Pero volvemos al punto, esa confianza en nosotros mismos nace de que alguien más tiene confianza en nosotros.
En el mejor de los casos, uno crece en una familia que se ha preocupado por fortalecer nuestra seguridad, y el que nuestros padres nos apoyen y crean en nosotros marcará una diferencia en nuestra forma de ser al crecer.
Pero no a todos les tocan las mismas circunstancias.
Por ejemplo, en mi casa mi madre siempre nos alentó a hacer y estudiar las cosas en las que éramos buenos, y por eso mis dos hermanos y yo nos dedicamos al arte, a pesar de que no es un camino fácil.
En cambio, mi papá era el más feliz de que nos dedicáramos a esto, pero sus formas de apoyarnos no solían ser las más adecuadas. A mi hermano solía decirle cosas como “para qué estudias tanto si nunca vas a ser tan bueno” ¡Imagínense!
Gracias a Dios las cosas le salieron mejor de lo esperado, él se tomó eso como un reto personal y hoy es uno de los guitarristas con más trabajo en la ciudad.
A lo que voy es que esa parte de la fe y la confianza que otros tienen en nosotros es vital para que nosotros logremos lo que nos proponemos.
Y sí, lamentablemente eso no está tan en nuestras manos, pero te aseguro que cerca de ti hay alguien que tiene plena confianza en que eres capaz de lograr lo que tu corazón anhela. Quizá no es alguien tan fácil de encontrar, pero te aseguro que ahí está. Un familiar, un vecino, un amigo, un maestro.
Y lo que sí está en tus manos es decidir hacerle caso.
En la película Louis parecía que tenía su futuro asegurado como un chico malo y rebelde. Pero su hermano se dio a la tarea de hacerle saber que él y el resto de su familia tenían fe en él y en su capacidad para ser mejor. Y el saber eso fue lo que hizo la diferencia.
A partir de ahí Louis comenzó a confiar en él mismo y a trabajar duro para lograr lo que se proponía.
Y eso nos puede llevar a otra perspectiva que quiero invitarte a aprovechar.
Si tu conoces a alguien que es muy bueno en lo que hace, no dudes en decirle lo que piensas, quizá tus palabras sean las que necesita escuchar para comenzar a comprometerse y hacerlo mejor. No importa si no eres alguien tan cercano a esa persona, no tienes idea de la diferencia que tu confianza en alguien puede hacer en su vida.
El sacrificio
Louis ya es toda una celebridad a nivel escolar. Ha impuesto un récord y ahora forma parte del equipo olímpico que irá a Berlín a las olimpiadas del 36, las que organizó Hitler.
Aunque en esa edición del certamen olímpico la gran figura fue el velocista Jesse Owens, Zamperini logró llamar la atención por su gran velocidad al recorrer los últimos 400 metros de la carrera de 5mil metros en tan solo 56 segundos.
Como les decía, el papel que jugo su hermano fue determinante para su vida y en la escena en la que Zamperini está por abordar el tren para unirse a la comitiva olímpica, él le dice «un momento de dolor vale toda una vida de gloria, no olvides eso».
Ese momento de dolor sería el sacrificio, el darlo todo, el no dejarse vencer por la inseguridad que podía asecharlo.
Ese momento de dolor al que se refería su hermano era “hacer lo que tenía que hacer”.
Y en nuestro caso es igual.
Santa Teresita es especialista en encontrar “momentos de dolor”, pequeños sacrificios que nos van encaminando a la santidad sin necesidad de buscar hacer algo extraordinario como morir comido por leones o alimentar a todo un continente.
Esos “momentos de dolor” pueden ser no comer algo cuando ya no tenemos hambre, no ver una serie que pueda atentar contra nuestra santidad, alejarnos de amistades que no nos ayudan a crecer, dar algo de dinero a la caridad aun cuando no nos sobre realmente, ofrecer nuestra ayuda a alguien que la necesite, aunque tengamos poco tiempo entre nuestras responsabilidades.
Esos “momentos de dolor” valen la pena a cambio de toda una vida de gloria”.
Si creemos en Jesús, también debemos creer en lo que nos ha prometido, y su mayor promesa ha sido la de la vida eterna, el que nos está esperando allá en casa, junto a Dios Padre para hacernos partícipes del amor y la gloria de Él.
Y si tenemos fe en esa promesa, entonces cualquier sacrificio que podamos hacer valdrá la pena, aunque nos cause un momento de dolor.
Obviamente hay mucho más aprendizaje en esta increíble historia, pero me parece bastante adecuado detenerme en esa invitación que, a través de una pequeña línea de la película Dios nos recuerda la invitación que nos hace para pasar el resto de nuestra existencia a su lado.
La película tiene pocas escenas de acción, realmente es más un drama, a mí me encantó, pero reconozco que no es una película que te mantenga con las emociones a tope.
Así es que si no logras enganchar con la historia de inicio puede que sientas que es algo lenta, así es que yo recomiendo que la veas no tan tarde, quizá con algo de comida que te acompañe para mantenerte activo.
Ya para despedirme, los invito a que no olviden checar todo el contenido que estamos subiendo al sitio web de los misioneros Columbanos. Lo pueden utilizar tanto de forma individual como en sus comunidades.
Muchas gracias, yo soy Manu Kasten, y que Dios los bendiga.
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