César Troncoso
Dan Stulbach
Dani Antunes
Reseña
Está chistoso que a ratos sientas que pasas de una película tipo drama y comedia a una de acción. Te lleva del llanto a la risa y luego a la adrenalina de un momento a otro.
En ciertas partes de la película sentí que la historia estaba un poco forzada o sin justificación, pero funciona para lo que se quiere contar, así que no es un verdadero problema.
También me dejó una sensación extraña con respecto a la historia completa.
No siento que haya logrado ensamblar del todo. En lo personal, pienso que hubiera funcionado súper bien como una serie de cortometrajes. Creo que algo hizo falta para que no se sintieran como pequeñas historias aisladas.
Y digo eso de los cortometrajes porque en sí, cada sección de la película en donde el vendedor de sueños hace aparición (por ejemplo, en el edificio inicial, en las calles, en el funeral, en el panteón) funcionan perfectamente y se transmite un mensaje súper profundo sin necesidad de que cada parte de la historia esté conectada con las demás.
Lo que no puedo negar es que contiene grandes enseñanzas y que hay muchas frases que provocaron que mi cerebro se pusiera a reflexionar bastante.
Frases
En esta ocasión no elegiré tres momentos de la película. Ya que cuenta con grandes frases, tomaré algunas de ellas y las comentaré.
1- «Los suicidas no se quieren matar realmente. Quieren matar su dolor»
Pienso que cuando alguien llega al punto del suicidio tuvo que haber pasado por una desolación indescriptible.
Solo pensar en ese sentimiento hace que se me apachurre el estómago. En verdad, me impresiona la soledad y la incomprensión que alguien puede llegar a sentir para que el suicidio sea su mejor opción.
Y no digo esto juzgándolos, sino como una llamada de atención para todos nosotros.
El ser humano tiene una enorme capacidad para ser empático. Fuimos creados de tal forma que nos es posible llegar a sentir el dolor de alguien más, aun cuando nosotros nos encontramos bien.
Y, sin embargo, también somos capaces de aislarnos emocionalmente de una forma impresionante.
Esta frase me invita a reflexionar sobre todas las veces que no me he permitido ser consciente del dolor ajeno.
Es más fácil así. No me molestan, no pierdo mi tiempo.
He pasado por algunos momentos de mucha tristeza y frustración y ciertamente lo único que buscaba en esos momentos era deshacerme de mi dolor.
Y creo que algo similar sucede con muchos de nosotros sin que lleguemos al extremo de pensar en el suicidio.
No solo pasa con quien tiene algun tipo de depresión. Veo perfectamente a quien toma mucho alcohol, a quien pasa de una pareja a otra porque no sabe estar solo, a quien se droga cada día, a quien trabaja sin parar, y a muchos más.
Al final de cuentas hacemos todo eso para ocultar o tratar de desaparecer algun vacío que estamos cargando y que no soportamos confrontar.
Cada uno encuentra su forma de sobrellevarlo. En algunos será más obvio o dañino que en otros. Pero a final de cuentas, estoy convencido de que ninguna de esas formas es la ideal para lidiar con nuestros conflictos internos.
Sin profundizar mucho, quiero aprovechar esta frase para hacerte dos invitaciones.
Primero, a ser muy sensible ante la necesidad de quienes tienes alrededor.
Date el tiempo de observar y escuchar a tus seres queridos y amigos cercanos.
No soy ningún experto en estos temas, pero estoy seguro de que, si logras reconocer a alguien que se siente solo, puedes ofrecerle algo que posiblemente le ayude bastante: tu tiempo y atención.
Y la segunda invitación es a que no subestimes esos sentimientos que quizá tienes, has tenido o tengas en algun momento.
Sentirte triste, solo, cansado, frustrado, derrotado, todo esto es parte de la vida. Pero si alguno de esos sentimientos persiste y piensas que algo no anda bien, platícalo con alguien. Y si nadie a tu alrededor te inspira la confianza para compartírselo, búscame, puedes pedir mi contacto aquí en el sitio web de los misioneros Columbanos y podemos charlar sin ningún problema. Seguramente no te resolveré nada, pero por lo menos pasamos un rato fuera de la rutina.
2- «Si todo precisa estar bien para que disfrutemos un poco de alegría, entonces somos esclavos de las circunstancias»
¡Esta frase es buenísima!
Durante años mi alegría dependía por completo de las circunstancias.
Todo tenía que estar funcionando bien. Si no, la frustración llegaba y me amargaba la fiesta por completo.
Claro que todos disfrutamos más cuando las cosas salen bien. Pero ciertamente, debemos aprender a que nuestra alegría y nuestra paz no dependa de las circunstancias.
Es complicado tratar de explicar cómo hacerlo. De primera instancia todo lo que se me ocurre usar como ejemplo termina siendo circunstancial.
Creo que lo más acertado sería decir que en este momento de mi vida, mi pasado me ha dejado muy buenas sensaciones, en mi presente estoy satisfecho con lo que sé que puedo hacer tanto en el plano personal como el profesional, y para mi futuro tengo planes que en gran medida dependen de mí.
Obviamente tuve experiencias muy malas y dolorosas en mi pasado, también tengo días muy difíciles en el trabajo o con mi familia, y no tengo todo resuelto para mi futuro. Pero mi alegría no está en el cómo sucedan las cosas, sino en la posibilidad que tengo de que sucedan.
A final de cuentas, si las circunstancias cambian, habrá que modificar los planes, pero siempre tendré la posibilidad de hacer algo, y eso es lo que (creo) me da razones de estar alegre.
Trata de encontrar esa motivación ajena a las circunstancias. Como te decía, no es fácil, pero se puede. Piensa en lo que te hace sentir alegre. Quizá es la situación en la que tu familia vive actualmente, o una relación de pareja. Podría ser el que tienes un buen trabajo o que te está yendo bien en la escuela.
Ahora piensa que esas circunstancias cambiaran de repente.
Que pierdas tu trabajo, te corran de la escuela, que tu relación termine o que tu familia se vea en algun problema muy complicado. ¿Cómo te sentirías? ¿Dejarías de estar alegre?
Si es así, entonces hay que rascarle más, debes encontrar la raíz de tu alegría en algo que no sea circunstancial.
Quizá lo que te pone alegre no sea la situación en la que vive tu familia, sino el tener a tu familia. Aunque eso también es circunstancial, pues eso cambiaría si alguien llegara a faltar. Entonces habría que buscar más adentro.
Posiblemente la razón de tu alegría está en la posibilidad de amar a tu familia. Estoy casi seguro de que eso no es circunstancial. No importa si te hacen la peor traición o si toda tu familia llegara a desaparecer de repente. Tu seguirías amándolos.
Has esta búsqueda, no será sencilla te lo aseguro, pero valdrá la pena cuando encuentres esas raíces de tu alegría.
3- «No tengas miedo del camino, ten miedo de no caminar»
Esto soy totalmente yo.
Hasta tengo una canción que escribí que se llama “caminar”.
Me encanta todo el concepto de caminar.
Mientras caminas las ideas fluyen, los dolores van quedando atrás. Los planes van tomando forma.
El camino que tienes delante de ti te da la oportunidad de descubrir quién eres y de qué eres capaz.
Y el camino que tienes detrás de ti te permite darte cuenta de por qué eres quien eres y de todo lo que has sido capaz hasta ahora.
No todos los caminos tan llevaderos y con hermosos paisajes. Hay algunos que dan terror, otros que confunden y otros tantos que simplemente parecen imposibles de recorrer. Pero ningún camino debe llegar a provocar más miedo que el no caminar.
Se vale parar a descansar, refrescarse y recuperar fuerzas. Y es necesario hacerlo el tiempo que suficiente.
Y también se vale ir al paso que tu creas conveniente. A veces sentirás necesidad de correr a toda velocidad. Otras veces querrás ir tan lento que pareciera que no avanzas. Todo se vale.
Solamente te pido que no tengas miedo de caminar.
Créeme, todo lo que imaginas, sueñas y planeas va tomando forma y cayendo en su lugar cuando avanzas. Y todo lo que te estorba y lo que duele va perdiendo sentido con cada paso que das.
Camina tanto como puedas, en sentido literal y metafórico, camina tanto como puedas.
4- «El secreto del éxito es conquistar aquello que el dinero no puede comprar»
Totalmente de acuerdo.
Tengo amigos que al mes ganan miles, otros que ganan decenas de miles, y otros que ganan cientos de miles. ¿Y saben en qué se parecen todos ellos? En que cada mes se están quejando de el dinero que ganan no les alcanza para vivir.
Por ahí dicen que rico no es el que tiene mucho, sino al que no le falta nada. Y para que no te falte nada debes aprender a ver la vida de una forma muy particular.
De una vez te aviso que este mundo nunca nos ofrecerá todo lo que nuestro corazón anhela y puede recibir.
Decía C.S. Lewis, el autor de Las Crónicas de Narnia que, si nuestro corazón no puede encontrar la plena satisfacción con todo lo que este mundo ofrece, es porque nuestro corazón está hecho para algo que no pertenece a este mundo.
Esto del éxito yo lo veo muy ligado a lo que hablábamos hace rato de la alegría. Pienso que alguien exitoso es alguien que logra encontrar la raíz de su alegría sin que esta sea circunstancial.
Continuando con el ejemplo de la familia podemos ver que, si la raíz de nuestra alegría está en la posibilidad de amarlos entonces el dinero no tiene nada que ver en el asunto.
Según lo que dice la frase, el éxito en nuestro entorno familiar lo alcanzaríamos al ser conscientes de que nada ni nadie nos puede arrebatar la posibilidad de amar a nuestros seres queridos.
5- «Te vendo una coma»
Este es como el argumento clave de la película.
Una coma es un respiro en medio de todo lo que estás viviendo.
Es esa pequeña pausa que te permite repensar lo que estás escribiendo, analizar si necesitas dar un giro de 180 grados, si vas por donde quieres ir o si solamente necesitas hacer algunos pequeños cambios en tu historia.
Me encanta la idea de que cada uno de nosotros podamos ser quien le vende una coma a alguien que la necesita. Pero me emociona más pensar que cada uno de nosotros seamos capaces de vendernos a nosotros mismos una coma cada vez que la necesitemos.
Entre el trabajo, los estudios, las responsabilidades del hogar, la familia, la pareja, las amistades y todo lo que requiere un espacio de nuestra agenda, muchas veces no tenemos la oportunidad de atender cosas como alguna emoción atorada, una duda existencial, un miedo o una tristeza que venimos cargando desde hace tiempo.
Nos mantenemos llenos de actividades pensando que así se resolverá todo, o simplemente ignorando el problema.
Una coma le viene bien a cualquiera de vez en cuando.
Sí, siempre hay estar recorriendo un camino, pero eso implica caminar y de vez en cuando detenernos para analizar la ruta, para descansar e incluso para disfrutar un rato del paisaje.
Conclusiones
Como ya les decía, esta es una película llena de grandes aprendizajes. Creo que cale la pena verla con la idea de confrontarse uno mismo.
Te invito a que después de verla trates de responder algunas de las preguntas que el vendedor de sueños hace a lo largo de esta historia.
Con una que te respondas puedes llevarte una excelente enseñanza para tu vida.
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