Santos
Primera Lectura
Alcé la vista y vi a un hombre con un cordel de medir. Pregunté: "¿Adónde vas?" Me contestó: "A medir Jerusalén, para comprobar su anchura y longitud." Entonces se adelantó el ángel que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, diciéndole: "Corre a decirle a aquel muchacho: "Por la multitud de hombres y ganados que habrá, Jerusalén será ciudad abierta; yo la rodearé como muralla de fuego y mi gloria estará en medio de ella -oráculo del Señor-."" "Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti -oráculo del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío, y habitaré en medio de ti."
Salmo
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
"El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño."
"Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte."
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.
Evangelio
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: "Meteos bien esto en la cabeza: al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres." Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro que no cogían el sentido. Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
Comentarios