Lo que vemos: De todas las amenazas que enfrentan los Estados Unidos y la comunidad mundial, el cambio climático muestra el mayor potencial para alterar fundamentalmente el equilibrio del mundo en que vivimos y la vida que elegimos vivir. Los que viven en el hemisferio del sur corren el mayor riesgo: millones se verán obligados a abandonar sus hogares, lejos de sus campos, y en nuevas tierras. El fenómeno de la migración inducida por el cambio climático es uno que bien podría cambiar la estructura de la sociedad global.
De acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es posible que el número de refugiados y migrantes del cambio climático podría llegar a entre 25 millones y mil millones para el año 2050.
La Migración debida al cambio climático será una carga que pesará desproporcionadamente sobre las comunidades pobres, rurales y costeras por el aumento del nivel del mar, aumento de la desertificación, inundaciones y la pérdida de especies animales y vegetales naturales que obligará a muchos a abandonar sus hogares con el fin de mantenerse a sí mismos.
Una quinta parte de la de la población mundial vive en zonas costeras de China, la India, el Caribe y América Central y son vulnerables a la subida de las mareas y tormentas relacionadas con el cambio climático (The Guardian).
Las cosechas de los cultivos mantenidos por la lluvia podrían disminuir en más del 50% en algunas zonas de África (IPCC).
Podemos ya estar presenciando el inicio de la migración por el cambio climático: en Dhaka, Bangladesh un total de 70% de los residentes han sido obligados a habitar en zonas de tugurios urbanos se estima que han emigrado a la ciudad debido a las dificultades ambientales (Scientific American).
Lo que nuestra fe nos dice: Nos guiamos por la creencia de que hay que proteger tanto al mundo en que vivimos como a todos los que viven en este mundo. La Conferencia de Obispos Católicos de ha reconocido que, "todos los pueblos tienen el derecho a condiciones dignas de la vida humana y, si estas condiciones no están presentes, tienen el derecho a migrar".
También reconocemos la necesidad de ser buenos guardianes del medio ambiente. Debemos hacer todo lo posible para proteger la creación de Dios antes de que sea demasiado tarde. Como el Papa Benedicto XVI declara en Sacramentum Caritatis: "El mundo no es algo indiferente, materia prima para ser utilizado simplemente como mejor nos parezca." En su lugar, debemos proteger toda la tierra, el cielo, los ríos, y los valles se nos han dado. Debemos defender nuestro planeta de los efectos nocivos del cambio climático que amenazan con desplazar a millones de nuestros semejantes.
Lo que esperamos: Abogamos por que Los Estados Unidos asuma un papel de liderazgo en el reconocimiento de las necesidades de los migrantes climáticos.
Legislación: Llamamos al Congreso a aprobar la siguiente:
- Asistencia humanitaria generosa a los migrantes climáticos.
- Un nuevo mecanismo de entrada de los migrantes climáticos, similar al proceso especial de visa de inmigrante.
- Abogacía de la comunidad internacional para reconocer a los migrantes climáticos, ya sea como refugiados o con su propio estado legalmente protegido y definido.
- Invertir en la investigación haciendo el vínculo entre prácticas que degradan el medio ambiente, el cambio climático y la migración.
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