Que nosotros, que estamos simplemente incomodados recordamos a aquellos cuyas vidas están en juego.
Que nosotros que no tenemos factores de riesgo recordamos a los más vulnerables.
Que nosotros con el lujo de trabajar desde casa recordamos aquellos que deben elegir entre preservar su salud o hacer su renta.
Que nosotros con la flexibilidad de cuidar a nuestros hijos cuando cierren sus escuelas recordamos aquellos que no tienen opciones.
Que nosotros que tenemos que cancelar nuestros viajes recordamos aquellos que no tienen a dónde ir.
Que nosotros que estamos perdiendo nuestro margen de dinero en el tumulto del mercado económico recordamos aquellos que no tienen margen en absoluto.
Que nosotros que nos conformamos con una cuarentena en casa recordamos a los que no tienen hogar.
Durante este tiempo cuando no podemos envolver nuestros brazos físicamente,
Encontremos formas de ser el abrazo amoroso de Dios a nuestros vecinos.
Amén.
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