Consuélame

Cansado después de caminar, te sentaste a descansar.

Sediento en el pozo, pediste una bebida.

Agotado en un bote, dormiste en la tormenta.

Triste por la muerte de Lázaro, lloraste en su tumba.

Asustado en el jardín, sudaste sangre.

Muriendo en la cruz, diste un fuerte grito.

Señor, Tu entiendes mi cansancio, mi temor y dolor.

Consuélame una y otra vez.


Amén.

- Por el Padre Columbano Patrick Sayles