Oh, Santísima Madre,
la espada está ya en tu corazón.
Sabías el futuro del Fruto de tu vientre.
Que nuestra fidelidad en seguirle
a través de los misterios venideros de Su vida pública
traiga algún alivio a los dolores de tu corazón maternal.
Amén.
la espada está ya en tu corazón.
Sabías el futuro del Fruto de tu vientre.
Que nuestra fidelidad en seguirle
a través de los misterios venideros de Su vida pública
traiga algún alivio a los dolores de tu corazón maternal.
Amén.
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