Abiertos a la Voluntad de Dios

Bendita María, fiel discípula y madre,
tú meditaste los misterios de Dios en tu corazón.

Ruega por nosotros para que nuestros corazones, también,
puedan estar abiertos a la voluntad de Dios.

Que tu intercesión nos traiga la gracia
de confiar y obedecer.


Amén.