Mi Alma Te Llama

¡Ven Jesús, Ven!
Mi pobre alma te llama y te espera.

Consuela a mi pobre alma angustiada
ven y habita dentro mi pecho,
Mi Salvador, Jesús, ven a mí.

Con todo mi corazón te anhelo,
creo firmemente en Ti,
espero sinceramente en Ti,
muy ardientemente Te amo.

Entonces, ven, oh Jesús.
Ven a mí.


Amén.