Oh Gran Médico

Sabemos que hay un solo médico:
tanto de carne como de espíritu, no creado, pero nacido,

Dios en el hombre, verdadera vida en la muerte,
de María y de Dios,
sujeto al sufrimiento y luego impasible,
¡Jesucristo nuestro Señor!

De Ti, que eres de carne y espíritu,
te pedimos, Oh Gran Médico,
sanación espiritual, física y emocional,
especialmente por mi intención.

Que pasemos todos nuestros días
en Tu presencia sanadora,
Tú, el Hijo eterno nacido por nosotros.


Amén.