Oh Hermosa Madre

Oh hermosa Madre, te suplicamos,
que reconozcas nuestras súplicas por tu protección,
que cuides de nuestros intereses espirituales y temporales,
así como de los de todos los que nos son queridos.
Infunde en nuestras almas el espíritu de Cristo
y enséñanos a ser mansos,
humildes, caritativos, pacientes y sumisos
a la voluntad de Dios.

Que nuestros corazones ardan con el amor de tu divino Hijo,
y de ti, Su bendita Madre, no solo por un mes,
sino por el tiempo y la eternidad.

Que tengamos sed y trabajemos por la promoción de Su gloria
y por tu mayor veneración.

Recíbenos, oh María, refugio de pecadores;
otórganos la bendición de una madre y el cuidado de una madre
ahora y en la hora de nuestra muerte.


Amén.