Oh María, Ayúdame

Oh María, Poderosa Virgen,
nada es imposible para ti.
A través de este mismo poder
con el que honraste al Padre Todopoderoso,
junto con Santa Matilda, te ruego
que me ayudes en mis necesidades actuales.

Por favor, no me abandones.

Parece que la gloria de Dios,
tu honor y el bien de mi alma
demandan la concesión de este favor.

Te pido que intercedas por mí ante tu Hijo,
quien no puede negarte nada.


Amén.