Te honramos, oh María, Madre de Dios,
tesoro del universo, flama inextinguible,
cetro de la verdadera fe, templo indestructible,
y Madre y Virgen.
En tu vientre encerraste al inmenso e
incompresible Uno.
A través de ti la Trinidad es glorificada
y la cruz es celebrada y adorada
en todas las partes de la tierra.
A través de ti los cielos se regocijan de gozo,
los ángeles y arcángeles se alegran,
el demonio tentador es expulsado del cielo,
y nuestra naturaleza caída una vez más
ha sido asunta al cielo.
Es a través de ti que el Hijo unigénito de Dios,
quien es la Luz, brilló en medio de las naciones
que estaban asentadas en la oscuridad y las sombras de la muerte.
¿Qué voz humana puede celebrar dignamente
las inefables grandezas de María?
A través de ella se restaurada la paz en el mundo.
¿Cuál paz?
¡Nuestro Señor Jesucristo, a quién María ha dado a luz!
Amén.
tesoro del universo, flama inextinguible,
cetro de la verdadera fe, templo indestructible,
y Madre y Virgen.
En tu vientre encerraste al inmenso e
incompresible Uno.
A través de ti la Trinidad es glorificada
y la cruz es celebrada y adorada
en todas las partes de la tierra.
A través de ti los cielos se regocijan de gozo,
los ángeles y arcángeles se alegran,
el demonio tentador es expulsado del cielo,
y nuestra naturaleza caída una vez más
ha sido asunta al cielo.
Es a través de ti que el Hijo unigénito de Dios,
quien es la Luz, brilló en medio de las naciones
que estaban asentadas en la oscuridad y las sombras de la muerte.
¿Qué voz humana puede celebrar dignamente
las inefables grandezas de María?
A través de ella se restaurada la paz en el mundo.
¿Cuál paz?
¡Nuestro Señor Jesucristo, a quién María ha dado a luz!
Amén.
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