O San José

San José, quien sintió las tribulaciones y preocupaciones paternales
cuando se perdió el niñito Jesús,
protege a nuestros queridos niños ahora y siempre.
Se su padre y consejero.

Ayúdalos, como a Jesús,
a crecer en años, sabiduría y gracia
ante Dios y los hombres.

Presérvalos de la corrupción de este mundo
y danos la gracia de un día estar juntos
con ellos en el cielo por siempre.

Amen.