La Única Cosa Necesaria

Señor, nos llamas a seguirte
no por riquezas ni recompensas,
sino por el don de la vida eterna.

Que nunca nos aferremos a lo que no podemos conservar.

Danos corazones como los de los niños, dispuestos a soltar
el mundo y confiar en que Tu promesa
es suficiente para nosotros.


Amén.